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sábado, 31 de diciembre de 2011

viernes, 23 de diciembre de 2011

martes, 22 de noviembre de 2011

BDSM

JUEGOS DE GATITAS EN CELO





Tintineo de cadenas que cuelgan del techo; ruido de los altos tacones del ama mientras recorre la cueva; crujidos del cuero y el pvc que envuelve a las gatitas; chasquidos de la fusta, de la vara, el golpe mas apagado del flogger, gemidos de la esclava atada; jadeos del ama.



Juegan desde hace rato. Suena una música suave. La Cueva está brillantemente iluminada y, ante la esclava, hay varios espejos que no sólo le permiten verse por delante y por detrás, sino que puede ver de la misma manera a su Ama cuando ésta, entre golpe y golpe, pasea, quizás sería mejor decir se exhibe, llena de gracia, de elegancia y de lujuria contenida ante su esclava.





El Ama esta estudiadamente arrebatadora: botas hasta medio muslo, de tacón altísimo, atadas por delante, la microfalda de tiras de cuero, que deja vislumbrar el tanga de stripper, igual que el que llevaba Castellana al entrar en la Cueva, liguero y medias que apenas asoman por encima de las botas. Entre estas y la microfalda, una pequeña franja de sus deliciosos muslos, suaves, torneados, exquisitos, que las botas hacen aún mas esbeltos....



Lleva además corsé corto, que realza sus pechos, cubiertos por el sujetador de cadenas que Castellana le ofreció.



Los pezones están cubiertos......por el momento.



Lleva máscara de gatita, perfilada de rojo, que deja al descubierto sus ojos ¿verdes? ¿castaños? Su boja roja, sus dientes blancos entre los cuales asoma su lengüecita traviesa y juguetona. Guantes hasta encima del codo, adornados con pulseras de perlas.





Hoy, a petición de su esclava no lleva body ni panty, para que sea más accesible a la lengua de su gatita enamorada.





La esclava lleva mascara y corsé de cuello. Calza botas hasta medio muslo, con las polainas de colgar en los tobillos, y en sus brazos los mitones de cuero anillados.



Por lo demás esta desnuda, salvo el arnés de colgar, que evidentemente, no le protege de los latigazos, aunque permite colgarla en diferentes posiciones, para variar el castigo.



No lleva siquiera el tanga de castigo, aunque está enculada por un plug y en los huevos lleva el paracaídas del que cuelgan las pesas que tiran hacia debajo de ellos.



Su polla erguida y desafiante, esta unida a sus pezones por una cadena enganchada a su piercing en cuyos extremos hay dos pinzas que los muerden deliciosamente.



Es evidente que las pesas de los huevos contribuyen a que las pinzas tiren de los pezones.



Por otra parte, el Ama le ha obsequiado con otros dos pares, las de púas, que tanto le gustan a las dos, y las de cascabeles.



Unas pesas cuelgan de las de púas, y las hacen más encantadoras aún.



Sus brazos y piernas, muy, muy separados, están unidos a sendas barras, unida la de los brazos a la polea y la de los pies al suelo. Sus botas apenas tocan el suelo, así que su peso cuelga de los mitones.



Está en tensión, al máximo. Su cuerpo duele gloriosamente, todo el, pero el ver a su Ama ir y venir en la Cueva, reflejándose en los espejos, e intentar que mediante su placer y gozo a través del dolor quede satisfecha de su esclava, ese placer se convierte en lo que el Ama ha buscado desde el principio de la sesión: el EXTASIS de la FLAGELACION.





El EXTASIS de la FLAGELACIÓN, no consiste en azotar a una perra que no pide más que eso hasta que se corra de gusto.



Al contrario, el orgasmo no entra en este juego: Ya llegará, pero sólo si el Ama lo desea y de la forma que ella elija.



En cualquier caso, la esclava sabe que eso depende de su entrega, y que será delicioso.





No, este juego es más complejo y requiere, por lo menos, dos gatitas en sintonía y muy compenetradas entre sí.



El Ama azotará, lenta y cruel, a la gatita. La casi desnudez de ésta se explica porque la flagelación debe alcanzar a las partes más recónditas de su cuerpo.





El hecho de estar colgada en el centro de la Cueva hace que esté expuesta, a la vez, por delante y detrás, de forma que la fusta, la vara, el flogger y el látigo, puedan alcanzar su cuerpo por delante o por detrás, independientemente de donde está situada el Ama.



Por ejemplo, el Ama puede desear azotar su entrepierna desde atrás con el flogger, de forma que por delante alcance sus huevos o la punta de su polla anillada. O, a la inversa, azotar sus huevos desde delante, para que las puntas alcancen sus nalgas. O golpear desde atrás por encima de los hombros, o por debajo de los brazos, los pezones pinzados.



Como está muy abierta, el Ama puede varear su entrepierna, fustear y azotar sus pezones, el surco de las nalgas, su vientre, sus axilas, sus huevos y su polla...



TODA ella debe ser azotada, sin dejar nada sin tocar.





Al mismo tiempo, la flagelación será lenta, meticulosa, deliberada.



Quizás el Ama deje a la esclava sugerir nuevos sitios, pedir que insista en alguno determinado, explicar cómo se siente.



Quizás, también, el Ama quiera cambiar la posición de la esclava, colgarla boca abajo, ponerla en posición de horquilla, o simplemente atarla de manera que aumente la tensión a la que estará sometida. . Y si es su deseo, quizás la cuelgue de manera que pueda acariciarle con su lengua su sedoso agujerito, o su clítoris hinchado.



Entre caricia y caricia de los látigos, el Ama se exhibirá ante su esclava enamorada, casi desnuda, dejando que Castellana admire su cuerpo, su modo de moverse, el vaivén de la microfalda al dar cada paso, que dejara al descubierto la redondez de sus nalgas de seda, con la tira del tanga que se pierde entre ellas, ocultando su agujerito de seda, y por delante la punta del tanga negro, resaltando contra su piel de satén, perfectamente depilada, hinchado por el clítoris excitado, los pezones, si se quita el sujetador.



La esclava podrá verla, a través del juego de espejos, por delante y detrás al mismo tiempo mientras, con las piernas abiertas, balancea el látigo, estudiando la próxima caricia, y sentir en la forma en que la faldita se abulta, y las tiras se separan, el grado de excitación de su gatita Ama



Para Castellana, el tiempo parece detenerse, suena la música, sigue a su Ama a través de los espejos, siente los latigazos en su cuerpo, el dildo, las pinzas, las pesas, pero entra en un estado de gozo doloroso, de excitación y lujuria, de entrega y amor, quizás entra en ÉXTASIS.





¿Qué es el EXTASIS?... Una vez el Ama le dijo a la esclava: estás en éxtasis. La esclava estaba enculada y sentada sobre el potro, con el paracaídas y las pesas, pinzada, y atada a la X. El Ama le había vareado las nalgas, antes de sentarla en el potro, para que se empalara a fondo, y proceder, por primera vez, a usar en ella el látigo, para quitarle las pinzas con él.



Estaba bellísima, y verla delante balanceando el látigo, estudiando la siguiente caricia, sentir uno de los goces secretos de la esclava, que es sentir, saber, que está complaciendo a su Ama, que Ésta se siente excitada jugando con su gatita, que las dos están en sintonía y que ese vínculo se transmite de la una a la otra a través del látigo, hizo que en ese momento, la esclava simplemente entrara en un estado de felicidad completo, aunque apenas se daba cuenta.





Estaba con su Ama, y Ésta le estaba usando para su placer. La veía delante de ella, y pensaba que era su esclava, y que muchas veces le había dicho que era “su esclava favorita”, y el dolor que sentía en su cuerpo, y que le hacía sentirse tan viva, se transformó en puro gozo.



No es que dejara de doler, Castellana no hubiera querido eso, hubiera sido como engañar a su Ama, sino que la esclava era puro dolor feliz y gozoso.





No puedo explicarlo mejor, sólo ha sido una vez, y fue el Ama quien se dio cuenta, pero la gatita sintió que había franqueado un límite.