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jueves, 28 de enero de 2010
lunes, 4 de enero de 2010
ESTRENANDO UNA CASADA (Y III)
SUMISA SIN REMISIÓN
Me sorprendía como la puta iba entrando en el juego y su calentura y deseo la hacían entregarse cada vez más, recreando y disfrutando cada momento.
O la zorra estaba en los límites de la ninfomanía o el cornudo maricón de su marido realmente no le daba todo lo que ella necesitaba… y por lo que llevaba visto era mucho lo que ella necesitaba.
Disfrutaba yo de mi whisky tumbado sobre la cama cuando la ella salió del baño, totalmente desnuda pero peinada y arreglada como deseando gustarme, se acerco a la cama y casi de inmediato se dirigió a mi polla medio crecida.
Le hice un gesto de que esperara y me levante, fui hacia mi ropa y quite el cinturón de cuero de mi pantalón, ella esperaba de pie junto a la cama, la hice levantar los brazos sobre su cabeza y primero con suavidad y después con más decisión y firmeza empecé a darle con el cinturón en las nalgas.
Se sorprendió con el primer azote y se volvió tratando de evitarlo, bajo los brazos y entonces le dije que volviera a subirlos, que era un juego y no le haría daño. Me miro sorprendida pero obedeció.
Durante unos minutos gire a su alrededor azotándola en las nalgas, muslos, costados… cuando su piel tomo un color rojizo en aquellas zonas entonces me acerqué y sin mediar palabra la bese en la boca con pasión mientras colocaba mi cinturón en su cuello y lo cerraba en forma de collar. Se dejo hacer y una vez colocado el cinturón la empujé con los brazos suavemente hacia el suelo de rodillas.
Pensó que quería otra mamada, pero cuando fue a meterse mi miembro en la boca, sujetando el cinturón me aparte y cayó de bruces en la alfombra, me miro sorprendida y entonces tire del cinturón que se cerró sobre su cuello, volvió a mirarme con ojos de sorpresa y suplica y le dije que se pusiera a cuatro patas, cosa que hizo de inmediato.
Tire suavemente del cinturón y ella me siguió a cuatro patas por la habitación.
Su entrega y sumisión era total y yo mismo me sorprendía del nivel de sometimiento que en esa primera noche estaba consiguiendo de la zorra.
Una vez la hice dar vueltas siguiéndome como una perra a cuatro patas por la habitación, recupere mi whisky y le indique que siguiera dando vueltas mientras yo me sentaba en el sillón.
Pasados unos minutos con un gesto la indique que se acercara a mí, y la hice tumbarse a mis pies.
Apure mi copa, pero las últimas gotas se las hice beber con el fin de conseguir que el alcohol también funcionara en ese juego.
Entonces la hice ponerse otra vez a cuatro patas, me coloque detrás de ella y mientras tomaba con una mano el cinturón, tirando hacia atrás lo que le hizo dar un gemido y levantar la cabeza, le enterré mi polla en el coño e un solo golpe.
Dio un respingo y gimió agobiada, el cinturón le oprimía la garganta, yo tiraba hacia atrás en cada empellón y ella trataba de empujar hacia tras para recibir entera mi polla en su coño, y al tiempo evitar el ahogo del cinturón en su cuello.
Su excitación subía con la follada, la asfixia del cinturón…
Gemía gritaba, gruñía, pero se retorcía para sentir mi polla taladrándola a través de su depilado sexo que aumentaba las sensaciones de roce y placer.
Fueron más de 20 minutos de lucha, dolor, placer, sexo, sometimiento, en un cabalgar frenético que la hizo llegar un par de veces y que me permitió a mi enviarle una nueva carga de leche caliente al interior de sus entrañas entre grandes espasmos de placer y con mi cuerpo enardecido y lanzado sobre ella sin importarme su agobio, su dolor o su entrega.
Cuando descargue toda la leche en su coño la solté y cayó de bruces chorreando semen sobre la alfombra. Yo me levante y me fui al baño dejándola allí tirada.
Tardo unos segundos en aparecer en la puerta del baño, chorreando semen por sus muslos, entro en la bañera y se puso bajo el agua junto a mí, en silencio, me abrazo y el agua nos envolvió a los dos.
Estuvimos largo rato abrazados sintiendo el agua tibia sobre la piel y aunque yo tenía ganas de volver a acariciarla fue ella la que empezó suavemente a acariciarme, y besarme y se apretaba fuerte contra mí.
Como imaginaba después de unos minutos se fue deslizando bajo el agua hasta el suelo de la bañera y arrodillándose volvió a coger mi polla entre sus manos y en pocos segundos estaba otra vez en su boca.
Esta vez le costó volver a ponérmela en marcha, pero sin duda es una mamona increíble y con mucho tesón pues no sé cómo pero en unos minutos mi polla volvía a ponerse erecta y dura.
La hice levantarse e inclinarse con medio cuerpo fuera de la ducha y las manos apoyadas en el suelo del baño, y sin ninguna contemplación su aún dilatado culo recibió mi polla casi sin oposición y al empujarla duro hasta el fondo casi se cae de bruces, pero con sus piernas, que hay que decir que son duras y bien formadas, aguantó con entereza el envite y apoyándose fuerte en el suelo recibió varios empellones que la hacina gemir en cada empujón.
La hice levantarse y ensartada por el culo la lleve hasta la habitación, donde la hice apoyarse en el borde de la cama y seguí empujando con todas mis ganas sintiendo como mi polla le llegaba muy dentro y mis huevos golpeaban su chorreante coño mientras ella aguantaba con gran entereza, por fin se apoyo de lado en la cama y se masturbo con una mano, mientras yo volví a descargar mi leche en sus entrañas.
Yo tenía ya la polla súper irritada y ella sobre todo el culo, que le cabía un cirio pascual.
Se dejo caer sobre la alfombra y yo volví al baño a lavarme y tras asearme me metí en la cama apagando las luces.
Ella siguió tirada junto a la cama y yo me quede dormido.
Mi técnica de seducción y sometimiento, tratarla por sorpresa con cariño o displicencia, hacia efecto, ella volvía por mas sexo y le daban igual mis desplantes.
Me desperté de madrugada… con ella enganchada en mi polla metiéndosela en la boca, “¿Qué haces?” le pregunte retirándola con firmeza pero suavemente…
“No podía dormir… y necesitaba más sexo…” se rebullo en la cama sobre mi cuerpo, estaba caliente y se frotaba sobre mi piel.
“Está bien, sigue mamando…” le dije mientras me estiraba y encendía la luz.
Estaba alucinado, hacia unas horas ni la conocía y aquella tía casada con dos niños, y eso si un pedazo de cornudo maricón por marido, estaba entregada a mí, la había follado a discreción, la había humillado, sometido… y seguía pidiéndome sexo.
La hice levantarse y ponerse a cuatro patas mamando mi polla, así veía bailar sus tetas y era una forma de someterla, de vez en cuando le apretaba las tetas como si fuera a ordeñarla e incluso yo sentía dolor por mi forma de apretar, pero ella seguía mamando de forma disciplinada.
Cuando ya me puso la polla en condiciones la retire con firmeza y la hice levantarse de la cama, comenzaba a amanecer y se me ocurrió que podía tratar de humillarla más, le pedí que me trajera otra vez el cinturón.
Volví a ponérselo alrededor del cuello y así la hice ponerse en la ventana de la habitación, que daba a la avenida, y con ella abierta, mientras yo me ponía un albornoz, ella desnuda con las manos sobre el poyete de la ventana y mientras la cogía del pelo y tiraba hacia atrás se la enterré de un solo golpe a pelo por el coño.
La manejaba con el cinturón a modo de brida, tirando y aflojando según me apetecía.
Se revolvió “a pelo no” me dijo. “Te callas, zorra y et aguantas a lo mejor a tu marido le gusta que te deje embarazada” y seguí dándole sin compasión.
Ella se revolvía pero tras darle varios azotes con todas mis ganas con la mano abierta en las nalgas dejo de pelear y se entrego a la follada.
Fue meticulosa, lenta y duradera, jugué con su coño, la golpee con las manos en ambas nalgas, la empuje, disfrute mientras amanecía y la gente empezaba a pasar por la calle, los coches, los autobuses…
Ella encajaba muy bien y aguantaba también para no correrse, fue una dura lucha y al final se corrió y yo aún seguí dándole un rato mas hasta que decidí llenarle el coño de leche bien profunda la corrida…
Corrida que podría disfrutar su marido ya que la hice ponerse una compresa manteniendo la leche en su coño y al enviarla para casa le dije que le contara a su marido como había disfrutado con un autentico macho y le enseñara la carga de leche que llevaba en sus entrañas.
“¿Cuándo vuelves?” me pregunto ansiosa, “Ya te avisare, pero reserva un par de días la próxima semana para dedicármelos enteros a mí.” La di un azote y un beso en la mejilla y cerré la puerta de la habitación.
Me tire sobre la cama frotándome las manos, había encontrado una verdadera zorra sumisa casada que me daría mucho juego en el futuro.
Me sorprendía como la puta iba entrando en el juego y su calentura y deseo la hacían entregarse cada vez más, recreando y disfrutando cada momento.
O la zorra estaba en los límites de la ninfomanía o el cornudo maricón de su marido realmente no le daba todo lo que ella necesitaba… y por lo que llevaba visto era mucho lo que ella necesitaba.
Disfrutaba yo de mi whisky tumbado sobre la cama cuando la ella salió del baño, totalmente desnuda pero peinada y arreglada como deseando gustarme, se acerco a la cama y casi de inmediato se dirigió a mi polla medio crecida.
Le hice un gesto de que esperara y me levante, fui hacia mi ropa y quite el cinturón de cuero de mi pantalón, ella esperaba de pie junto a la cama, la hice levantar los brazos sobre su cabeza y primero con suavidad y después con más decisión y firmeza empecé a darle con el cinturón en las nalgas.
Se sorprendió con el primer azote y se volvió tratando de evitarlo, bajo los brazos y entonces le dije que volviera a subirlos, que era un juego y no le haría daño. Me miro sorprendida pero obedeció.
Durante unos minutos gire a su alrededor azotándola en las nalgas, muslos, costados… cuando su piel tomo un color rojizo en aquellas zonas entonces me acerqué y sin mediar palabra la bese en la boca con pasión mientras colocaba mi cinturón en su cuello y lo cerraba en forma de collar. Se dejo hacer y una vez colocado el cinturón la empujé con los brazos suavemente hacia el suelo de rodillas.
Pensó que quería otra mamada, pero cuando fue a meterse mi miembro en la boca, sujetando el cinturón me aparte y cayó de bruces en la alfombra, me miro sorprendida y entonces tire del cinturón que se cerró sobre su cuello, volvió a mirarme con ojos de sorpresa y suplica y le dije que se pusiera a cuatro patas, cosa que hizo de inmediato.
Tire suavemente del cinturón y ella me siguió a cuatro patas por la habitación.
Su entrega y sumisión era total y yo mismo me sorprendía del nivel de sometimiento que en esa primera noche estaba consiguiendo de la zorra.
Una vez la hice dar vueltas siguiéndome como una perra a cuatro patas por la habitación, recupere mi whisky y le indique que siguiera dando vueltas mientras yo me sentaba en el sillón.
Pasados unos minutos con un gesto la indique que se acercara a mí, y la hice tumbarse a mis pies.
Apure mi copa, pero las últimas gotas se las hice beber con el fin de conseguir que el alcohol también funcionara en ese juego.
Entonces la hice ponerse otra vez a cuatro patas, me coloque detrás de ella y mientras tomaba con una mano el cinturón, tirando hacia atrás lo que le hizo dar un gemido y levantar la cabeza, le enterré mi polla en el coño e un solo golpe.
Dio un respingo y gimió agobiada, el cinturón le oprimía la garganta, yo tiraba hacia atrás en cada empellón y ella trataba de empujar hacia tras para recibir entera mi polla en su coño, y al tiempo evitar el ahogo del cinturón en su cuello.
Su excitación subía con la follada, la asfixia del cinturón…
Gemía gritaba, gruñía, pero se retorcía para sentir mi polla taladrándola a través de su depilado sexo que aumentaba las sensaciones de roce y placer.
Fueron más de 20 minutos de lucha, dolor, placer, sexo, sometimiento, en un cabalgar frenético que la hizo llegar un par de veces y que me permitió a mi enviarle una nueva carga de leche caliente al interior de sus entrañas entre grandes espasmos de placer y con mi cuerpo enardecido y lanzado sobre ella sin importarme su agobio, su dolor o su entrega.
Cuando descargue toda la leche en su coño la solté y cayó de bruces chorreando semen sobre la alfombra. Yo me levante y me fui al baño dejándola allí tirada.
Tardo unos segundos en aparecer en la puerta del baño, chorreando semen por sus muslos, entro en la bañera y se puso bajo el agua junto a mí, en silencio, me abrazo y el agua nos envolvió a los dos.
Estuvimos largo rato abrazados sintiendo el agua tibia sobre la piel y aunque yo tenía ganas de volver a acariciarla fue ella la que empezó suavemente a acariciarme, y besarme y se apretaba fuerte contra mí.
Como imaginaba después de unos minutos se fue deslizando bajo el agua hasta el suelo de la bañera y arrodillándose volvió a coger mi polla entre sus manos y en pocos segundos estaba otra vez en su boca.
Esta vez le costó volver a ponérmela en marcha, pero sin duda es una mamona increíble y con mucho tesón pues no sé cómo pero en unos minutos mi polla volvía a ponerse erecta y dura.
La hice levantarse e inclinarse con medio cuerpo fuera de la ducha y las manos apoyadas en el suelo del baño, y sin ninguna contemplación su aún dilatado culo recibió mi polla casi sin oposición y al empujarla duro hasta el fondo casi se cae de bruces, pero con sus piernas, que hay que decir que son duras y bien formadas, aguantó con entereza el envite y apoyándose fuerte en el suelo recibió varios empellones que la hacina gemir en cada empujón.
La hice levantarse y ensartada por el culo la lleve hasta la habitación, donde la hice apoyarse en el borde de la cama y seguí empujando con todas mis ganas sintiendo como mi polla le llegaba muy dentro y mis huevos golpeaban su chorreante coño mientras ella aguantaba con gran entereza, por fin se apoyo de lado en la cama y se masturbo con una mano, mientras yo volví a descargar mi leche en sus entrañas.
Yo tenía ya la polla súper irritada y ella sobre todo el culo, que le cabía un cirio pascual.
Se dejo caer sobre la alfombra y yo volví al baño a lavarme y tras asearme me metí en la cama apagando las luces.
Ella siguió tirada junto a la cama y yo me quede dormido.
Mi técnica de seducción y sometimiento, tratarla por sorpresa con cariño o displicencia, hacia efecto, ella volvía por mas sexo y le daban igual mis desplantes.
Me desperté de madrugada… con ella enganchada en mi polla metiéndosela en la boca, “¿Qué haces?” le pregunte retirándola con firmeza pero suavemente…
“No podía dormir… y necesitaba más sexo…” se rebullo en la cama sobre mi cuerpo, estaba caliente y se frotaba sobre mi piel.
“Está bien, sigue mamando…” le dije mientras me estiraba y encendía la luz.
Estaba alucinado, hacia unas horas ni la conocía y aquella tía casada con dos niños, y eso si un pedazo de cornudo maricón por marido, estaba entregada a mí, la había follado a discreción, la había humillado, sometido… y seguía pidiéndome sexo.
La hice levantarse y ponerse a cuatro patas mamando mi polla, así veía bailar sus tetas y era una forma de someterla, de vez en cuando le apretaba las tetas como si fuera a ordeñarla e incluso yo sentía dolor por mi forma de apretar, pero ella seguía mamando de forma disciplinada.
Cuando ya me puso la polla en condiciones la retire con firmeza y la hice levantarse de la cama, comenzaba a amanecer y se me ocurrió que podía tratar de humillarla más, le pedí que me trajera otra vez el cinturón.
Volví a ponérselo alrededor del cuello y así la hice ponerse en la ventana de la habitación, que daba a la avenida, y con ella abierta, mientras yo me ponía un albornoz, ella desnuda con las manos sobre el poyete de la ventana y mientras la cogía del pelo y tiraba hacia atrás se la enterré de un solo golpe a pelo por el coño.
La manejaba con el cinturón a modo de brida, tirando y aflojando según me apetecía.
Se revolvió “a pelo no” me dijo. “Te callas, zorra y et aguantas a lo mejor a tu marido le gusta que te deje embarazada” y seguí dándole sin compasión.
Ella se revolvía pero tras darle varios azotes con todas mis ganas con la mano abierta en las nalgas dejo de pelear y se entrego a la follada.
Fue meticulosa, lenta y duradera, jugué con su coño, la golpee con las manos en ambas nalgas, la empuje, disfrute mientras amanecía y la gente empezaba a pasar por la calle, los coches, los autobuses…
Ella encajaba muy bien y aguantaba también para no correrse, fue una dura lucha y al final se corrió y yo aún seguí dándole un rato mas hasta que decidí llenarle el coño de leche bien profunda la corrida…
Corrida que podría disfrutar su marido ya que la hice ponerse una compresa manteniendo la leche en su coño y al enviarla para casa le dije que le contara a su marido como había disfrutado con un autentico macho y le enseñara la carga de leche que llevaba en sus entrañas.
“¿Cuándo vuelves?” me pregunto ansiosa, “Ya te avisare, pero reserva un par de días la próxima semana para dedicármelos enteros a mí.” La di un azote y un beso en la mejilla y cerré la puerta de la habitación.
Me tire sobre la cama frotándome las manos, había encontrado una verdadera zorra sumisa casada que me daría mucho juego en el futuro.
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lunes, 28 de diciembre de 2009
EL SOTANO (I)
Inocencia
Con cada envite, aquel grueso aparato se enterraba aún más en mis entrañas, arrancándome auténticos gritos de dolor, mientras él me decía, que no gritara pues en aquel sótano nadie podría oírme.
A cada grito mío, él embestía con más fuerza y violencia, mientras yo tan sólo podía recibir aquel enorme miembro, que horadaba el interior de mi culo llegando hasta mi intestino, y produciéndome una serie de descargas eléctricas que recorrían mi columna vertebral.
La postura tampoco ayudaba mucho, pues allí atada boca abajo sobre aquel banco de madera con mis tetas totalmente aplastadas contra la madera y mi cabeza ladeada, sujeta al banco, por una especie de collar de cuero, cubierta por mi pelo largo que se me metía en la boca y se me pegaba a la cara por el sudor y las lagrimas que habían salido inicialmente de mis ojos, y con el culo en pompa, hábilmente colocado por mi enculador, sólo me quedaba esperar que se corriera lo antes posible y esperar cual seria su siguiente paso.
Por fin, un fuerte golpe de sus riñones sobre mis nalgas me indicó que había llegado el momento, y aquella gruesa manguera comenzó a descargar una autentica riada de caliente semen en mis entrañas que lo recibieron como un bálsamo tras la dura prueba a que había sido sometida.
Tras terminar de correrse del todo, me rodeo y colocándose ante mí me obligo a limpiarle con la boca los restos de semen que aún quedaban en su polla.
Algo que nunca había hecho ni siquiera a mi marido… traté de rehusar…
"Limpiamelá Puta…" dijo sujetándome la cabeza…" hasta el último resto…"
Entre arcadas logré dejársela lo más limpia posible, mientras mi estomago se revolvía de asco…
Después sin decirme ni una palabra, se dirigió a un aseo que había en el sótano, le oí lavarse y mear, mientras silbaba, luego salió con un cigarro recién encendido y me miro complaciente
"¿Te ha gustado Zorra... ?, " me dijo, " ¿verdad que sí...?"
Yo no respondí, y entones acercándose a mí me levanto por los pelos,
" Miramé... y dime si te ha gustado... Vamos¡¡¡", me dijo dejando caer mi cabeza sobre la dura tabla.
"Bien, de momento esto es todo, pero dentro de un rato volveré, vete preparando, pues esta noche descubrirás la capacidad de tu cuerpo para sufrir y gozar..." me dijo mientras salía del sótano, apagando la luz y cerrando la puerta.
Le oí subir la escalera, y después el chirriar de un cierre metálico.
En la obscuridad del sótano, me puse a recordar como había llegado hasta aquella situación.
La verdad es que siempre he sido una ingenua con los hombres y me he fiado de ellos, y así me ha ido¡¡¡¡.
Tengo 40 años, pero la gente dice que no aparento más de treinta y pico, me he cuidado siempre mucho, deporte, aeróbic, comida sana.
Por ello mi cuerpo está bastante bien. Tengo unas tetas grandes aunque no voluminosas, al menos ahora, pues cuando era joven, si que me resaltaban del resto del cuerpo. Mis tetas siempre han vuelto locos a los hombres. Una cintura estrecha a pesar de haber tenido dos niños, y un culo que la verdad es bastante apetitoso, firme y levantado no excesivamente voluminoso, pero para perderse en él, como dice mi marido.
El verano, siempre a acrecentado en mi, mi sexualidad, dormida hasta que me casé, pero luego superexplotada por mi marido, un experto en el sexo, que además ha potenciado en mi esa "putita" que dicen que todas las mujeres llevamos dentro.
En cuanto empieza la primavera, mis hormonas se disparan, y de vez en cuando con algún amigo o incluso compañeros de trabajo, me he dado un revolconcillo, aunque nada serio, aunque por supuesto me han follado bastantes.
Mi marido me potencia mi lado exhibicionista y me obliga a ir vestida atractiva y hasta provocativa, pero no sabe o al menos no da la impresión de saberlo, de esas aventurillas y escarceos míos con otros hombres, no por nada, sino porque de saberlo perderían el morbo que me da cuando vuelvo a casa después de haber estado revolcándome y follando con otro tío, y le veo a el dispuesto a satisfacer mis "necesidades" que quizá ese día estén ampliamente satisfechas,,, pero eso sí nunca le digo que no… ya quisieran muchas tener más de una polla distinta al día…
La verdad es que esta noche todo había empezado de forma "inocente", los niños están en un campamento de verano durante un mes, pues mi marido y yo trabajamos, y precisamente mi marido ha tenido que ausentarse dos o tres días por temas de trabajo.
Yo había quedado con unas amigas para cenar y tomarnos unas copas.
Ellas son muy jaraneras, pero no conozco que le den al adulterio, son todas casadas menos una. Así que tras cenar, nos fuimos aun pub a tomar unas copas. Yo, la verdad es que bebo más bien poco, así que cuando bebo un trago, enseguida me pongo marchosa.
Me había tomado un par de gintonics, y mis amigas hablaban de ir a uno de esos espectáculos para mujeres con estreptease masculino, lo cual me pareció una buena idea, aunque debería madrugar al día siguiente.
Trabajo en una empresa de servicios donde soy adjunta a la dirección.
Estabamos decidiendo donde iríamos, cuando apareció en el local un tío de unos 40 años, con barba cuidada, gafas sin montura y una apariencia verdaderamente fantástica, por lo que deduje al entrar directamente tras la barra debía ser el dueño del local.
Mis hormonas se dispararon y esa sensación de fruta prohibida me hizo ponerme en un estado de excitación, que más de un hombre me ha dicho que irradia una atracción sexual que se nota a distancia.
En un momento determinado él me miró y me sorprendí sonriéndole. Tras desaparecer en el interior, salió unos segundos después con una botella de cava y varias copas y se dirigió a la mesa.
"Están bien atendidas las señoras... ?" dijo en tono galante con una voz suave pero varonil, y mirándome fijamente a los ojos añadió "una copita de cava...?, invita la casa"
Mis amigas aceptaron de inmediato mientras el servia las copas y en un momento de distracción de mis amigas me dijo "Me gustaría conocerte un poco más... tienes algo", y deslizo bajo mi mano una tarjeta con un numero de teléfono... "llamamé¡¡¡", esta última palabra llegó como una orden a mi cerebro y no pude apartarla de mi mente en los siguientes minutos.
Inmediatamente empece a cabilar la forma de deshacerme de mis amigas para tratar de tener un encuentro con aquel tío.
Pasados unos minutos, mis amigas decidieron ir a un local de esos de chicos, y vi mi oportunidad.
"Lo siento chicas, pero es tarde y yo he de madrugar mañana, así que creo que me tomaré la ultima copa aquí y me iré a casa..." les dije con voz fingidamente compungida...
Al principio no estaban de acuerdo, pero dado que eran casi las doce y el último pase del local de los chicos era a las 12:30 no tardaron ante mi alegría en despedirse de mi y salir.
Casi no habían salido por la puerta cuando aquel hombre se sentó en mi mesa.
"Te has quedado sola... ?" me dijo mirándome sonriente. "Si... me tomaré una última copa y me iré a casa... mañana he de trabajar..." dije un poco nerviosa.
Él observó mis manos. "Bonitas manos..." dijo mientras intentaba cogerme una. Yo me di cuenta del anillo de casada, pero era demasiado tarde. "Estas casada...?". "Si..." respondí yo, cada vez más nerviosa..." Y el te espera en casa... " dijo como dándolo por echo...
Como ya he dicho soy bastante inocente así que rápidamente respondí "no... está de viaje..." e inmediatamente ante el brillo de sus ojos, me arrepentí de la confesión...
"Bien, entonces me permitirás que te invite a otra copa, y luego te acompaño a casa, pues hoy cerramos pronto..."
Me lo dijo cogiéndome una mano y con una mirada y una voz tan persuasivas que le respondí que sí..."
"Debo atender a los clientes, pero tu espérame aquí que vuelvo enseguida"
Volvió a la barra, y desde ella me hacia gestos y carantoñas, mientas mi calentura aumentaba junto con mi nerviosismo.
Por fin cerca de la una de la mañana, paró la música y comenzó a apagar las luces, mientras los clientes abonaban sus consumiciones y iban abandonando el local.
Al cabo de un rato, y tras despedir a sus camareros, llegó junto a mí...
"Voy ha hacer la caja un momento, y enseguida te acompaño a casa," dijo sirviéndome una nueva copa de champan...
El aire acondicionado se había parado y yo empezaba a sudar mezcla del calor externo y del calor interno así que apuré casi de un trago la fría copa de champan.
Le observaba mientras hacia la caja... de pronto me miró, y desde allí me dijo...
"Sabes que eres muy bonita... ?" me sentí sonrojar... "Te importaría levantarte para que te viera..." y tras sonreírme, añadió, "bien podías ser una modelo..."
Me quede sorprendida y confundida, pero casi como una autómata, me levante y comencé a pasear hacia la barra y vuelta.
Esa noche llevaba un pantalón azul celeste muy ajustado con una bragas tanga, y un sujetador muy escueto de seda que se ajustaba a mi pecho como si no lo llevara, y por encima un top azul claro de punto calado muy finito, que me llegaba por debajo del ombligo.
Me silbó un par de veces, mientras terminaba la caja, y yo me sentí confundida. Entonces saliendo de detrás de la barra se dirigió hacia mí y cogiéndome por la cintura y sin mediar palabra me dió un largo y profundo beso en la boca.
Yo al principio me resistí, pues aunque le deseaba, no quería ponérselo tan fácil, pero su habilidad con la lengua hizo que poco a poco fuera sucumbiendo y entregándome a un beso húmedo y profundo.
Sentí sus manos por mi espalda y mi culo y como sujetando mis nalgas las apretaba contra su ya abultado paquete sin dejar de besarme.
Empezó a besarme en la oreja el cuello. "Te gusta he… bonita…" decía susurrante, " era esto lo que andabas buscando esta noche…" y seguía dándome cortitos besos por el cuello.
Yo tenia cerrados los ojos y trataba de sentir al máximo aquella situación, mientras él seguía hablándome y besándome…
"Pues vas a tener una noche que será difícil de olvidar…", dijo mientras me abrazaba con fuerza.
Luego metió sus manos por mi pantalón y palpo mis nalgas húmedas por el calor y la situación… "Que culo más suave y firme…" me dijo…
"Es un autentico manjar de dioses, que disfrutaremos plenamente…"
Se separó de mí. Yo seguía con los ojos cerrados allí de pie, como flotando… le oí alejarse unos pasos: "No abras aún los ojos…" me dijo. Escuche ruido de vasos y hielo… "Otra copa… ?" le oí preguntar desde la barra. "Si…" susurré manteniendo los ojos cerrados…
Empezó a sonar una música suave que me envolvía totalmente… se acerco y me beso…"Hasta que yo te diga, sigue con los ojos cerrados…" me dijo, dandomé la copa… bebí. Era whisky, a mi no me entusiasma, pero di un profundo sorbo para mitigar el calor.
El licor entró por mi garganta hasta el estomago, provocándome un calor interno, que aumentó mis sudores… volví a beber… en tres tragos había acabado el vaso, y la verdad es que me sentía un poco mareada…
"Quitaté el top…" su voz sonó susurrante pero firme… me quede quieta un momento… "por favor…" volvió a decir él.
Mis manos dejaron el vaso y sin abrir los ojos, las llevé a mis costados tomando los bordes del top, y sacandomeló por la cabeza lo dejé caer.
"Maravillosos pechos¡¡¡ " exclamo verdaderamente sorprendido, "nos darán mucho juego esta noche…" hizo un pausa, "Ahora el pantalón" me desabroché el cinturón y con suaves movimientos de caderas logré bajármelo dejándolo caer hasta el suelo… "Hermosas piernas… y fuertes…" dijo en tono de admiración… Mis ojos seguían cerrados y tan sólo escuchaba la suave música y el ruido del hielo en su vaso.
"Date la vuelta…" le oí decirme. Así lo hice y giré sobre mi misma, quedándome de espaldas a él… "Lo dicho…" dijo suavemente, " un culo para disfrutarlo plenamente… y al limite…"
Le oí moverse por el local, pero no me apetecía abrir los ojos, aquel juego me gustaba y sentía una euforia especial quizá por la mezcla de cava y el whisky.
Le oí acercarse por detrás… noté como me ponía una venda, un pañuelo o algo así sobre los ojos y recordé, como no, la escena de 9 semanas y media, me estremecí…
"Tienes frío…?" me dijo solicito. Negué con la cabeza.
Me cogió por los hombros, "Déjate llevar, es una sorpresa…" me dijo, empujándome suavemente, mientras acariciaba mis nalgas con una mano.
Pasamos por detrás de la barra y entramos en la trastienda.
El me llevaba de la mano. Oí una llave y una puerta que se abría…" Aquí estaremos más cómodos y tranquilos…" dijo, haciéndome pasar a través de la puerta…" cuidado con los escalones… yo te guiaré…" dijo ayudándome a bajar por una escalera.
El recinto era bastante frío, muy diferente del pub… terminamos la escalera. "Quedaré aquí de pié…" me dijo dándome un beso. Luego le oí ir hacia el fondo del lugar y dar una llave de la luz.
La verdad es que aquel hombre ejercía sobre mi un dominio y una paz que no me permitían dudar ni un momento de sus ordenes.
Me cogió de la mano y me llevo hacia una parte del local, me empujo suavemente y me hizo sentar sobre una especie de banco de madera…
"Tumbaté sobre tu lado derecho", me dijo, " y ahora boca abajo."
Así lo hice, mientras trataba de imaginar externamente la situación, semidesnuda tumbada boca abajo sobre un banco, pero no sentía temor, sólo una enorme calentura que había calado mi tanga y hacia que mis jugos comenzaran a resbalar por los pliegues de mis ingles.
De pronto oí un ruido metálico y dos pulseras que se cerraban sobre mis muñecas por debajo del banco, sin darme tiempo a reaccionar… fue cuando empecé a tener una ligera sensación de desasosiego, aunque mi calentura era tan fuerte que no me dejaba dudar que aquello seria bueno…
Luego note como él me colocaba una serie de cojines, bajo el vientre hasta conseguir que mi culo quedara bastante levantado.
A continuación casi sin darme tiempo a reaccionar me puso una especie de collar de cuero y, por primera vez con cierta brusquedad, fijaba mi cabeza, ladeada al banco de madera. Los movimientos se sucedían sin pausa. La postura desde fuera debía ser grotesca y empece a sentir cierto reparo… "No me hagas daño… por favor…" dije suavemente.
"Cállate… Puta…¡¡¡" me dijo aún con voz suave aunque un poco mas firme y autoritaria… "Querías vivir emociones fuertes…pues esta noche las tendrás…"
Le sentí colocarse tras de mí, y separándome las piernas manteniendo mi culo levantado noté otras frías pulseras que sujetaban mis tobillos a una superficie plana, lo suficientemente abiertos, como para que mi culo y mi sexo quedaran expuestos a su vista… Noté como me quitaba el tanga…"Caray… vas depilada…" dijo al ver mi sexo sin un solo pelo, ya que mi marido me obliga a rasurármelo en cuanto empieza el calor, pues como el dice, "cuanto menos pelo mas sensación de disfrute…", "Osea que está claro que te va la marcha… y eres un Putón berbenero…" su afirmación rompió mis pensamientos…
"Bien… veamos…" dijo como hablando consigo mismo, como si yo no estuviera allí… "este agujero, parece aún pequeño…" y comenzó a palparme el agujero del culo, mientras trataba de introducir uno o dos dedos en el…" No te han dado mucho por el culo… verdad?" preguntó… y ante mi silencio volvió a decir "Dime… no ten han dado mucho por el culo, verdad Zorra…?, quizá para la Señora no es elegante…" note que su tono de voz, aun susurrante comenzaba a ser más firme y descarado…" Pues eso lo vamos a arreglar lo primero…"
"No por favor… no me gusta y me duele un poco…" le dije implorante…"Ah… así que no te gusta…." Noté como algo más grueso que un dedo trataba de abrir mi agujero… "Pues esta noche te gustará tanto que me lo pedirás de rodillas…" dijo, mientras un dolor insoportable comenzaba a invadirme desde el ano hasta el cuello…
" Ya va entrando…, primero lo haremos suavemente, para que mi polla conozca a tu culito, pero luego prepárate a recibir la embestida mas fuerte que puedas aguantar… quiero perforarte ese culo hasta los huevos… "
Las lagrimas comenzaron a brotar de mis ojos vendados y el sudor caía abundante por mi cara y mi cuello…"No por favor…" suplicaba tratando de zafarme de mis ataduras, mientras notaba como algo muy grueso se iba abriendo paso a través de mi esfínter… el dolor era insoportable.
Mi marido me había enculado varias veces, pero con mucha suavidad y en nuestros casi 14 años de matrimonio unas cinco o seis veces tan sólo…
"Bien… bien… así me gusta, vete moviendo para que mi polla se adapte a tu culo, y prepárate para el envite final…"
Poco a poco su aparato fue adentrándose en mi, y me sentía totalmente llena de carne, notando incluso hasta el limite del intestino, aquella enorme masa de carne… comenzó a bombear, hacia delante y hacia atrás, entrando y saliendo, para en cada embestida, enterrar unos centímetros más de su aparato en mi culo…
continuará
Con cada envite, aquel grueso aparato se enterraba aún más en mis entrañas, arrancándome auténticos gritos de dolor, mientras él me decía, que no gritara pues en aquel sótano nadie podría oírme.
A cada grito mío, él embestía con más fuerza y violencia, mientras yo tan sólo podía recibir aquel enorme miembro, que horadaba el interior de mi culo llegando hasta mi intestino, y produciéndome una serie de descargas eléctricas que recorrían mi columna vertebral.
La postura tampoco ayudaba mucho, pues allí atada boca abajo sobre aquel banco de madera con mis tetas totalmente aplastadas contra la madera y mi cabeza ladeada, sujeta al banco, por una especie de collar de cuero, cubierta por mi pelo largo que se me metía en la boca y se me pegaba a la cara por el sudor y las lagrimas que habían salido inicialmente de mis ojos, y con el culo en pompa, hábilmente colocado por mi enculador, sólo me quedaba esperar que se corriera lo antes posible y esperar cual seria su siguiente paso.
Por fin, un fuerte golpe de sus riñones sobre mis nalgas me indicó que había llegado el momento, y aquella gruesa manguera comenzó a descargar una autentica riada de caliente semen en mis entrañas que lo recibieron como un bálsamo tras la dura prueba a que había sido sometida.
Tras terminar de correrse del todo, me rodeo y colocándose ante mí me obligo a limpiarle con la boca los restos de semen que aún quedaban en su polla.
Algo que nunca había hecho ni siquiera a mi marido… traté de rehusar…
"Limpiamelá Puta…" dijo sujetándome la cabeza…" hasta el último resto…"
Entre arcadas logré dejársela lo más limpia posible, mientras mi estomago se revolvía de asco…
Después sin decirme ni una palabra, se dirigió a un aseo que había en el sótano, le oí lavarse y mear, mientras silbaba, luego salió con un cigarro recién encendido y me miro complaciente
"¿Te ha gustado Zorra... ?, " me dijo, " ¿verdad que sí...?"
Yo no respondí, y entones acercándose a mí me levanto por los pelos,
" Miramé... y dime si te ha gustado... Vamos¡¡¡", me dijo dejando caer mi cabeza sobre la dura tabla.
"Bien, de momento esto es todo, pero dentro de un rato volveré, vete preparando, pues esta noche descubrirás la capacidad de tu cuerpo para sufrir y gozar..." me dijo mientras salía del sótano, apagando la luz y cerrando la puerta.
Le oí subir la escalera, y después el chirriar de un cierre metálico.
En la obscuridad del sótano, me puse a recordar como había llegado hasta aquella situación.
La verdad es que siempre he sido una ingenua con los hombres y me he fiado de ellos, y así me ha ido¡¡¡¡.
Tengo 40 años, pero la gente dice que no aparento más de treinta y pico, me he cuidado siempre mucho, deporte, aeróbic, comida sana.
Por ello mi cuerpo está bastante bien. Tengo unas tetas grandes aunque no voluminosas, al menos ahora, pues cuando era joven, si que me resaltaban del resto del cuerpo. Mis tetas siempre han vuelto locos a los hombres. Una cintura estrecha a pesar de haber tenido dos niños, y un culo que la verdad es bastante apetitoso, firme y levantado no excesivamente voluminoso, pero para perderse en él, como dice mi marido.
El verano, siempre a acrecentado en mi, mi sexualidad, dormida hasta que me casé, pero luego superexplotada por mi marido, un experto en el sexo, que además ha potenciado en mi esa "putita" que dicen que todas las mujeres llevamos dentro.
En cuanto empieza la primavera, mis hormonas se disparan, y de vez en cuando con algún amigo o incluso compañeros de trabajo, me he dado un revolconcillo, aunque nada serio, aunque por supuesto me han follado bastantes.
Mi marido me potencia mi lado exhibicionista y me obliga a ir vestida atractiva y hasta provocativa, pero no sabe o al menos no da la impresión de saberlo, de esas aventurillas y escarceos míos con otros hombres, no por nada, sino porque de saberlo perderían el morbo que me da cuando vuelvo a casa después de haber estado revolcándome y follando con otro tío, y le veo a el dispuesto a satisfacer mis "necesidades" que quizá ese día estén ampliamente satisfechas,,, pero eso sí nunca le digo que no… ya quisieran muchas tener más de una polla distinta al día…
La verdad es que esta noche todo había empezado de forma "inocente", los niños están en un campamento de verano durante un mes, pues mi marido y yo trabajamos, y precisamente mi marido ha tenido que ausentarse dos o tres días por temas de trabajo.
Yo había quedado con unas amigas para cenar y tomarnos unas copas.
Ellas son muy jaraneras, pero no conozco que le den al adulterio, son todas casadas menos una. Así que tras cenar, nos fuimos aun pub a tomar unas copas. Yo, la verdad es que bebo más bien poco, así que cuando bebo un trago, enseguida me pongo marchosa.
Me había tomado un par de gintonics, y mis amigas hablaban de ir a uno de esos espectáculos para mujeres con estreptease masculino, lo cual me pareció una buena idea, aunque debería madrugar al día siguiente.
Trabajo en una empresa de servicios donde soy adjunta a la dirección.
Estabamos decidiendo donde iríamos, cuando apareció en el local un tío de unos 40 años, con barba cuidada, gafas sin montura y una apariencia verdaderamente fantástica, por lo que deduje al entrar directamente tras la barra debía ser el dueño del local.
Mis hormonas se dispararon y esa sensación de fruta prohibida me hizo ponerme en un estado de excitación, que más de un hombre me ha dicho que irradia una atracción sexual que se nota a distancia.
En un momento determinado él me miró y me sorprendí sonriéndole. Tras desaparecer en el interior, salió unos segundos después con una botella de cava y varias copas y se dirigió a la mesa.
"Están bien atendidas las señoras... ?" dijo en tono galante con una voz suave pero varonil, y mirándome fijamente a los ojos añadió "una copita de cava...?, invita la casa"
Mis amigas aceptaron de inmediato mientras el servia las copas y en un momento de distracción de mis amigas me dijo "Me gustaría conocerte un poco más... tienes algo", y deslizo bajo mi mano una tarjeta con un numero de teléfono... "llamamé¡¡¡", esta última palabra llegó como una orden a mi cerebro y no pude apartarla de mi mente en los siguientes minutos.
Inmediatamente empece a cabilar la forma de deshacerme de mis amigas para tratar de tener un encuentro con aquel tío.
Pasados unos minutos, mis amigas decidieron ir a un local de esos de chicos, y vi mi oportunidad.
"Lo siento chicas, pero es tarde y yo he de madrugar mañana, así que creo que me tomaré la ultima copa aquí y me iré a casa..." les dije con voz fingidamente compungida...
Al principio no estaban de acuerdo, pero dado que eran casi las doce y el último pase del local de los chicos era a las 12:30 no tardaron ante mi alegría en despedirse de mi y salir.
Casi no habían salido por la puerta cuando aquel hombre se sentó en mi mesa.
"Te has quedado sola... ?" me dijo mirándome sonriente. "Si... me tomaré una última copa y me iré a casa... mañana he de trabajar..." dije un poco nerviosa.
Él observó mis manos. "Bonitas manos..." dijo mientras intentaba cogerme una. Yo me di cuenta del anillo de casada, pero era demasiado tarde. "Estas casada...?". "Si..." respondí yo, cada vez más nerviosa..." Y el te espera en casa... " dijo como dándolo por echo...
Como ya he dicho soy bastante inocente así que rápidamente respondí "no... está de viaje..." e inmediatamente ante el brillo de sus ojos, me arrepentí de la confesión...
"Bien, entonces me permitirás que te invite a otra copa, y luego te acompaño a casa, pues hoy cerramos pronto..."
Me lo dijo cogiéndome una mano y con una mirada y una voz tan persuasivas que le respondí que sí..."
"Debo atender a los clientes, pero tu espérame aquí que vuelvo enseguida"
Volvió a la barra, y desde ella me hacia gestos y carantoñas, mientas mi calentura aumentaba junto con mi nerviosismo.
Por fin cerca de la una de la mañana, paró la música y comenzó a apagar las luces, mientras los clientes abonaban sus consumiciones y iban abandonando el local.
Al cabo de un rato, y tras despedir a sus camareros, llegó junto a mí...
"Voy ha hacer la caja un momento, y enseguida te acompaño a casa," dijo sirviéndome una nueva copa de champan...
El aire acondicionado se había parado y yo empezaba a sudar mezcla del calor externo y del calor interno así que apuré casi de un trago la fría copa de champan.
Le observaba mientras hacia la caja... de pronto me miró, y desde allí me dijo...
"Sabes que eres muy bonita... ?" me sentí sonrojar... "Te importaría levantarte para que te viera..." y tras sonreírme, añadió, "bien podías ser una modelo..."
Me quede sorprendida y confundida, pero casi como una autómata, me levante y comencé a pasear hacia la barra y vuelta.
Esa noche llevaba un pantalón azul celeste muy ajustado con una bragas tanga, y un sujetador muy escueto de seda que se ajustaba a mi pecho como si no lo llevara, y por encima un top azul claro de punto calado muy finito, que me llegaba por debajo del ombligo.
Me silbó un par de veces, mientras terminaba la caja, y yo me sentí confundida. Entonces saliendo de detrás de la barra se dirigió hacia mí y cogiéndome por la cintura y sin mediar palabra me dió un largo y profundo beso en la boca.
Yo al principio me resistí, pues aunque le deseaba, no quería ponérselo tan fácil, pero su habilidad con la lengua hizo que poco a poco fuera sucumbiendo y entregándome a un beso húmedo y profundo.
Sentí sus manos por mi espalda y mi culo y como sujetando mis nalgas las apretaba contra su ya abultado paquete sin dejar de besarme.
Empezó a besarme en la oreja el cuello. "Te gusta he… bonita…" decía susurrante, " era esto lo que andabas buscando esta noche…" y seguía dándome cortitos besos por el cuello.
Yo tenia cerrados los ojos y trataba de sentir al máximo aquella situación, mientras él seguía hablándome y besándome…
"Pues vas a tener una noche que será difícil de olvidar…", dijo mientras me abrazaba con fuerza.
Luego metió sus manos por mi pantalón y palpo mis nalgas húmedas por el calor y la situación… "Que culo más suave y firme…" me dijo…
"Es un autentico manjar de dioses, que disfrutaremos plenamente…"
Se separó de mí. Yo seguía con los ojos cerrados allí de pie, como flotando… le oí alejarse unos pasos: "No abras aún los ojos…" me dijo. Escuche ruido de vasos y hielo… "Otra copa… ?" le oí preguntar desde la barra. "Si…" susurré manteniendo los ojos cerrados…
Empezó a sonar una música suave que me envolvía totalmente… se acerco y me beso…"Hasta que yo te diga, sigue con los ojos cerrados…" me dijo, dandomé la copa… bebí. Era whisky, a mi no me entusiasma, pero di un profundo sorbo para mitigar el calor.
El licor entró por mi garganta hasta el estomago, provocándome un calor interno, que aumentó mis sudores… volví a beber… en tres tragos había acabado el vaso, y la verdad es que me sentía un poco mareada…
"Quitaté el top…" su voz sonó susurrante pero firme… me quede quieta un momento… "por favor…" volvió a decir él.
Mis manos dejaron el vaso y sin abrir los ojos, las llevé a mis costados tomando los bordes del top, y sacandomeló por la cabeza lo dejé caer.
"Maravillosos pechos¡¡¡ " exclamo verdaderamente sorprendido, "nos darán mucho juego esta noche…" hizo un pausa, "Ahora el pantalón" me desabroché el cinturón y con suaves movimientos de caderas logré bajármelo dejándolo caer hasta el suelo… "Hermosas piernas… y fuertes…" dijo en tono de admiración… Mis ojos seguían cerrados y tan sólo escuchaba la suave música y el ruido del hielo en su vaso.
"Date la vuelta…" le oí decirme. Así lo hice y giré sobre mi misma, quedándome de espaldas a él… "Lo dicho…" dijo suavemente, " un culo para disfrutarlo plenamente… y al limite…"
Le oí moverse por el local, pero no me apetecía abrir los ojos, aquel juego me gustaba y sentía una euforia especial quizá por la mezcla de cava y el whisky.
Le oí acercarse por detrás… noté como me ponía una venda, un pañuelo o algo así sobre los ojos y recordé, como no, la escena de 9 semanas y media, me estremecí…
"Tienes frío…?" me dijo solicito. Negué con la cabeza.
Me cogió por los hombros, "Déjate llevar, es una sorpresa…" me dijo, empujándome suavemente, mientras acariciaba mis nalgas con una mano.
Pasamos por detrás de la barra y entramos en la trastienda.
El me llevaba de la mano. Oí una llave y una puerta que se abría…" Aquí estaremos más cómodos y tranquilos…" dijo, haciéndome pasar a través de la puerta…" cuidado con los escalones… yo te guiaré…" dijo ayudándome a bajar por una escalera.
El recinto era bastante frío, muy diferente del pub… terminamos la escalera. "Quedaré aquí de pié…" me dijo dándome un beso. Luego le oí ir hacia el fondo del lugar y dar una llave de la luz.
La verdad es que aquel hombre ejercía sobre mi un dominio y una paz que no me permitían dudar ni un momento de sus ordenes.
Me cogió de la mano y me llevo hacia una parte del local, me empujo suavemente y me hizo sentar sobre una especie de banco de madera…
"Tumbaté sobre tu lado derecho", me dijo, " y ahora boca abajo."
Así lo hice, mientras trataba de imaginar externamente la situación, semidesnuda tumbada boca abajo sobre un banco, pero no sentía temor, sólo una enorme calentura que había calado mi tanga y hacia que mis jugos comenzaran a resbalar por los pliegues de mis ingles.
De pronto oí un ruido metálico y dos pulseras que se cerraban sobre mis muñecas por debajo del banco, sin darme tiempo a reaccionar… fue cuando empecé a tener una ligera sensación de desasosiego, aunque mi calentura era tan fuerte que no me dejaba dudar que aquello seria bueno…
Luego note como él me colocaba una serie de cojines, bajo el vientre hasta conseguir que mi culo quedara bastante levantado.
A continuación casi sin darme tiempo a reaccionar me puso una especie de collar de cuero y, por primera vez con cierta brusquedad, fijaba mi cabeza, ladeada al banco de madera. Los movimientos se sucedían sin pausa. La postura desde fuera debía ser grotesca y empece a sentir cierto reparo… "No me hagas daño… por favor…" dije suavemente.
"Cállate… Puta…¡¡¡" me dijo aún con voz suave aunque un poco mas firme y autoritaria… "Querías vivir emociones fuertes…pues esta noche las tendrás…"
Le sentí colocarse tras de mí, y separándome las piernas manteniendo mi culo levantado noté otras frías pulseras que sujetaban mis tobillos a una superficie plana, lo suficientemente abiertos, como para que mi culo y mi sexo quedaran expuestos a su vista… Noté como me quitaba el tanga…"Caray… vas depilada…" dijo al ver mi sexo sin un solo pelo, ya que mi marido me obliga a rasurármelo en cuanto empieza el calor, pues como el dice, "cuanto menos pelo mas sensación de disfrute…", "Osea que está claro que te va la marcha… y eres un Putón berbenero…" su afirmación rompió mis pensamientos…
"Bien… veamos…" dijo como hablando consigo mismo, como si yo no estuviera allí… "este agujero, parece aún pequeño…" y comenzó a palparme el agujero del culo, mientras trataba de introducir uno o dos dedos en el…" No te han dado mucho por el culo… verdad?" preguntó… y ante mi silencio volvió a decir "Dime… no ten han dado mucho por el culo, verdad Zorra…?, quizá para la Señora no es elegante…" note que su tono de voz, aun susurrante comenzaba a ser más firme y descarado…" Pues eso lo vamos a arreglar lo primero…"
"No por favor… no me gusta y me duele un poco…" le dije implorante…"Ah… así que no te gusta…." Noté como algo más grueso que un dedo trataba de abrir mi agujero… "Pues esta noche te gustará tanto que me lo pedirás de rodillas…" dijo, mientras un dolor insoportable comenzaba a invadirme desde el ano hasta el cuello…
" Ya va entrando…, primero lo haremos suavemente, para que mi polla conozca a tu culito, pero luego prepárate a recibir la embestida mas fuerte que puedas aguantar… quiero perforarte ese culo hasta los huevos… "
Las lagrimas comenzaron a brotar de mis ojos vendados y el sudor caía abundante por mi cara y mi cuello…"No por favor…" suplicaba tratando de zafarme de mis ataduras, mientras notaba como algo muy grueso se iba abriendo paso a través de mi esfínter… el dolor era insoportable.
Mi marido me había enculado varias veces, pero con mucha suavidad y en nuestros casi 14 años de matrimonio unas cinco o seis veces tan sólo…
"Bien… bien… así me gusta, vete moviendo para que mi polla se adapte a tu culo, y prepárate para el envite final…"
Poco a poco su aparato fue adentrándose en mi, y me sentía totalmente llena de carne, notando incluso hasta el limite del intestino, aquella enorme masa de carne… comenzó a bombear, hacia delante y hacia atrás, entrando y saliendo, para en cada embestida, enterrar unos centímetros más de su aparato en mi culo…
continuará
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