Eran cerca de las 11 de la mañana caribeña cuando la limusina con ella en su interior conducida por Willi llegaba a la sede de la compañía.
Un comité de bienvenida en el hall y paso a la sala de reuniones.
Yameu la observaba desde una planta superior del edificio y otra vez su pene se rebullo en sus pantalones, “buena señal” pensó.
Llevaba un traje de chaqueta azul algo escotado, lo que le sorprendió gratamente, con pantalón muy ajustado, sin duda su culo que no podía ver Yameu en ese ángulo luciría esplendido, zapatos azules de tira, de tacón y su melena castaña rodeando aquel rostro dulce y confiado que él quería ver contraído por la rabia, el dolor, la sorpresa…
Había dado instrucciones para que la reunión empezara sin él, y que ella fuera un poco la protagonista, incluso con sutileza encargo a sus subordinados que le hicieran todo tipo de preguntas técnicas para no solo valorar sus conocimientos sino distraerla de su presencia cuando el entrara en la sala cosa que haría por detrás de ella.
La reunión empezaba con una copa de bienvenida, él sabía que ella no bebía, pero no podría negarse y conocía que con un mínimo de alcohol ella se empezaba a inhibir.
Efectivamente ella se sintió algo incomoda al principio pero tras iniciase las peguntas sobre su trayectoria realizaciones y en un combinación estudiada de preguntas en castellano y en ingles, el subdirector de la compañía allí tras brindar con todos con una copa de cava y cerciorarse de que Anna bebía al menos una copa, hizo la seña oportuna para la entrada de Yameu.
Él ya desde la puerta de la sala gozaba de la vista de Anna, y al levantarse esta, confirmo su suposición de aquel hermoso culo enfundado en los ajustados pantalones.
Yameu al ser invitado como “El director de la compañía para Centroamérica” entro justo por detrás de la mesa que ocupaba ella, con lo cual al volverse ella para recibirle, le cambio la cara y Yameu se acerco solicito a saludarla, la sujeto de forma amigable pero firme por ambos brazos y mientras le plantaba dos besos en ambas mejillas sonriendo, la susurró al oído.
“Todo llega mi querida Zorra, y aquí estas a mi disposición y muy lejos de casa”.
El se dirigió a la mesa presidencial sonriendo entre los aplausos de los presentes sin volverse a mirarla.
Anna se quedo de pie, sorprendida, asustada y confusa, mientras todos se sentaban, y Yameu tomaba la palabra:
“Bueno, hoy es un gran día para nuestra delegación, pues Anna, a la que conocí en la sede central hace cuatro años, es una de las piezas más importantes en el esquema corporativo, y ahora la central gustosamente nos la cede, en principio, “y recalco esta frase”, por un mes, pero quién sabe si sus experiencias en este país, la convencen para quedarse más tiempo”.
Todos aplaudieron.
“Pero ha tenido un largo viaje, y está deseando entrar en acción, seguro”, dijo sonriendo y mirándola a los ojos, “ella es una profesional… así que demos por terminada esta recepción y pasemos a nuestro trabajo.”
Nuevos aplausos, mientras el descendía del estrado y se dirigía hacia ella, “Me acompaña ?” preguntó afable, tendiéndole el brazo. Ella aun confundida acepto, mientras ambos se dirigían fuera de la sala.
“Creo que va a ser un mes muy interesante” le dijo quedamente, y antes de que ella pudiera reaccionar se dirigió a una joven caribeña “Lupe, acompáñenos”.
Entraron en la sala de juntas.
Ellas se sentaron a la izquierda de Yameu que la observó descaradamente de arriba abajo deteniéndose en sus pechos y yendo a sus ojos rápidamente.
“Bueno Anna, “ dijo encendiendo un cigarro, “tenemos un intenso mes por delante, la central quiere resultados lo antes posible de la puesta en marcha del sistema, así que he preparado todo para que ocupe el despacho situado aquí al lado, tendremos una comunicación constante.”
Por un momento la imagino allí desnuda.
“Lupe será su secretaría para todo lo que necesite” y miro a la chica, que con una sonrisa asintió con la cabeza.
Antes de que ella pudiera decir nada continuo, “Tuviste un buen viaje?” dijo sonriendo, ella aún aturdida afirmó con la cabeza.
“Bien “ dijo levantándose de la mesa y saliendo de la sala hacia el Hall seguido de ambas mujeres, “pues empezaremos el trabajo de inmediato” se volvió a la secretaria “Lupe puede dejarnos solos hemos de pactar las condiciones de trabajo para estos 30 días” dijo sonriendo con malicia.
Lupe se retiró y en su indignación Anna no pensó que estaban en la recepción de la empresa:
“Eres un hijo de puta, hoy mismo hablare con Madrid para volver…” Yameu la interrumpió… “Espera zorra, no has leído este correo interno que me llego esta mañana”, lo saco del bolsillo y se lo tendió a ella.
Bajo el membrete “confidencial” el Director General de la compañía le daba plenos poderes para asignarle a Anna dentro del proyecto que había ido a desarrollar, las funciones que creyera convenientes para el buen desarrollo de su estancia de treinta días en Caracas e incluso le decía que si su informe al final de esos días no era favorable, a su regreso a España, Anna podría ser reciclada a otro puesto diferente del desarrollado hasta ahora, e incluso hablaba de una “jubilación forzosa anticipada” por lo que le solicitaba encarecidamente el máximo cuidado en su relación con ella durante esos 30 días, así como un imparcial informe sobre su trabajo y comportamiento”
A Anna se le derrumbo todo de golpe, se dejo caer en un sillón mientras le devolvía el correo, y empezó a llorar.
“Llora todo lo que quieras zorra, como te dije en algún sms que te mande, eres una simple calientapollas, con un magnifico cuerpo que si quieres mantener tu trabajo, deberás brindarme en bandeja…” y se acerco a ella.
Ella le miro con odio, “hijo de puta, de alguna forma lo pagarás…”
“Igual que tu vas a pagar con creces lo que me hiciste hace cuatro años, puta…” la miro con suficiencia, "tú decides” y se volvió a la mesa.
Anna no sabía qué hacer si decidía irse perdería todo lo logrado profesionalmente e incluso podría quedarse sin trabajo, se arrepentía en el fondo de no haberse dado cuenta del poder de Yameu en la empresa, pero aunque su instinto animal la incitaba a entregarse a aquel hombre, su decencia y moralidad se lo impedían por otra parte. Pensó en su marido, “que me diría en esta situación?” y se respondió de inmediato, “que me desnude ante él y disfrute”, pero sus convicciones de otro tipo la impedían relajarse.
“Dame un respiro, cerdo “ dijo con indignación, levantándose.
Yameu sonrió, las dudas aparecían y por lo tanto la historia parecía decantarse a su favor, aunque no sería fácil.
“No te hagas ilusiones cabrón”, le dijo dirigiéndose a la puerta del despacho…
Ella se dirigió hacia allí y tras entrar cerró la puerta.
“Lo siento puta, esas son las condiciones, “dijo en voz alta” así que, bienvenida a bordo.”
Yameu se había recreado en su altiva salida ofreciéndole una magnifica vista de su trasero, que empezaba a enardecerle.
“No creo que pueda aguantar mucho más sin tratar de poseerla “pensó Yameu tratando de retirar de su memoria la vista de aquella zorra a punto de entregarse.
(Proximo Capitúlo, 13 de Septiembre)
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