Pero decidió darle ese respiro, cerró la puerta de comunicación y se centro e el trabajo.
No se vieron el resto de la mañana, pero la secretaria de Anna, con la que Yameu retozaba de vez en cuando, le mantenía al tanto de sus progresos. Parecía que se había centrado en el trabajo, comió sola en el despacho, y a las cinco cuando llego la hora de salir, Lupe, la secretaria, la comunicó que debería esperar para hacer balance del día con Yameu, y que también estaría Nelson, lo que a Anna le tranquilizó.
A las 17.10 Nelson llamo a la puerta y la dijo que Yameu les esperaba en el hall de la empresa para charlar del primer día. El secretario parecía muy jovial y no daba sensación de estar implicado en la situación, lo que le dio a Anna cierta confianza.
Cuando salió allí estaba él, con su impecable traje gris plantado en medio del Hall, mirándola con detenimiento.
“Que tal tu primer día?” le pregunto como si no pasara nada.
Anna dudo pero ante la presencia de Nelson, respondió con frialdad “Bien… he hecho ya algunas gestiones, tendrás el informe de todo el lunes por la mañana a primera hora…” y se quedo expectante.
“Bueno, creo que podremos hablar de todo ello esta noche en la cena…” dijo sonriendo y sin darle tiempo a responder añadió “ porque cenaras esta noche conmigo como señal de bienvenida, no?” y miro a Nelson.
“Si, jefe” respondió este, “ya les reserve mesa en el Restaurante del Hotel de la señorita” y miró a Anna.
Esta se sonrojo no sabía muy bien si de rabia, o de excitación “cena en mi hotel… este cabrón intentará violarme esta noche”
Sus pensamientos quedaron interrumpidos cuando Nelson volvió a hablar, “Bueno Jefe si no necesita nada más yo me voy…” se giró hacia la puerta.
Anna hizo además de seguirle, pero con suave firmeza, Yameu la sujeto por el brazo, “perdona, aun nosotros hablaremos de unos temas urgentes antes de irnos” y se volvió a Nelson “ok, Nelson el lunes nos vemos…”
Cuando se cerró la puerta del ascensor, Yameu se volvió, pero Anna se había colocado tras el mostrador de recepción.
Yameu se acerco “Te dará igual, puta, ahora no hay nadie no solo en la oficina, sino en el edificio” sonrió obligándola a salir del mostrador “ será un largo fin de semana”
La dejo en medio del Hall, le gustaba la claridad de aquellos ventanales e incluso que alguien pudiera ver como empezaba a domar a aquella zorra.
Ella le sorprendió juntando las manos y pidiéndole clemencia “Yameu, por favor no me hagas daño, no pensé que te hubiera afectado tanto mi negativa…”
“No, puta, no sólo no te hare daño sino que después de que goce contigo no podrás volver a follar con otro hombre… te lo prometo” le dijo mirándola con intensidad.
Se acerco a ella y la sujeto por la cintura, después muy despacio le quito la chaqueta, dejando libres aquellos hermosos pechos cubiertos por un bonito sujetador azul con reflejos de colores.
Acaricio sus costados y se deleito con la vista de aquellos hermosos globos.
Ella se separo un momento y juntando las manos volvió a suplicarle “por favor déjame ir, seguiré el mes trabajando aquí, pero déjame ir…”
*
El la miro enfadado nuevamente “Claro que seguirás aquí todo el mes, pues si no te quedaras sin trabajo…” se detuvo y se acerco nuevamente a ella, “pero al terminar el trabajo, pasaras a ser de mi propiedad, desde las cinco y un segundo de la tarde, hasta las ocho de la mañana del día siguiente, y claro los fines de semana completos, cumplirás todos mis deseos” la miro con complacencia, “así que no pierdas el tiempo, no tienes salida y cuanto antes empieces a gozar, mejor para los dos…” y volvió a sujetarla.
Ella le miraba atónita, mientras rápidamente Yameu se quitaba toda la ropa dejando libre su ya erecto y duro pene y haciéndola un gesto para que lo tomara en su mano.
Ella obedeció en silencio, el primer round era para Yameu.
*
Su idea no era follarla, ni siquiera encularla el primer día. Iría creando en ella ese deseo y calentura que la haría al final entregarse a él y convertirse adicta.
“A estas zorras…” pensó,” si se lo das el primer día, luego pierden el interés, tendrá que ganárselo”
Cuando ya había calibrado el volumen y dureza de aquel falo, esta vez sí con ternura, Yameu la sujetó por los hombros y la obligo a arrodillarse ante su polla.
(Continuará) 27 de Septiembre.
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