BIENVENIDOS

Al placer y la lectura... la imaginacion la pones tu. To the pleasure and the reading... the imagination puts it your. (Nota: Busco dibujantes para convetir a dibujos o comics mis relatos, sin animo de lucro.) (Notice: I look for designers for convert to drawings, 3D or comics my stories, for free distribution) Visita, http://x3dstoriesvideos.blogspot.com/ Actualización de relatos y videos cada dos días, aproximadamente. Upload, stories and videos, every two days aproxymately

jueves, 26 de agosto de 2010

"REESTRENADA" EN EL GIMNASIO (1)

"Reestrenada" en el Gimnasio



Ella llevaba tiempo deseando apuntarse en un gimnasio. La verdad que a sus cuarenta y tantos no lo necesitaba, pues su cuerpo estaba muy bien formado y moldeado, sobre todo gracias a su gimnasia casera y su natación y al cuidado de su marido, siempre pendiente de ella con regalos sexy de ropa... Y también a que con frecuencia, de dos a tres veces por semana hacían el amor a tope... Pero vio la oferta del gimnasio cerca de casa y decidió apuntarse.

Aquella tarde, aprovechando que su marido estaría fuera por trabajo unos dias, decidio ir.

Estaba muy preocupada por su aspecto, se había puesto una malla azul eléctrico muy ajustada y una camiseta desbocada blanca, con unos calentadores de pie de colores...



Cuando llegó a la sala de bicicleta estaba ella sola y un monitor de color que estuvo explicándole como funcionaba el aparato, ella estaba algo nerviosa y el monitor le peguntó si era la primera vez que iba al gimnasio. Le dijo que sí, y el monitor se ofreció a enseñarle todas las instalaciones y explicarle como funcionaban los aparatos y demás.



Tras hacer juntos un rato bicicleta, el hombre, de unos veintitantos años, 28 le confesaría él después, le dijo que podían pasar a otra sala con peas y maquinas de musculación.



"No te hacen falta, tan solo quizá aplanar un poco el vientre" la miró y la palpó en plan profesional "aunque tampoco, pero vamos a probar alguno"



Entraron en la sala y la llevó a una maquina de abdominales, le explico cómo sentarse y como colocar las piernas y el mismo la ayudo a ir haciendo los ejercicios... Pasados unos minutos, ella ya sudaba y el body se le pegaba a su cuerpo bien formado, un culo redondo pero generoso dentro de un límite y sobre todo notó que su sexo rasurado en su totalidad se marcaba como una hucha a pesar de sus braguitas, y sus pechos, talla 90, pero proporcionados y todavía erguidos empezaban a llamar la atención por sus pezones erectos que cuando se ponían "en marcha" eran como dos canicas grande y duras.



Recorrieron el gimnasio y ella empezó a sorprenderse de su ligera calentura. Nunca había tenido una relación con ningún hombre desde que se había casado hacia ya 15 años... llegaron a la piscina "tienes bañador?" le preguntó el monitos."Si en la taquilla" dijo algo ruborizada "pues date una ducha recógelo y te espero en la piscina" le dijo él con una mirada tierna pero excitante, o al menos eso le pareció a ella.



Estaba muy nerviosa bajo la ducha, sus pezones parecían enormes y cuando se puso el bañador le pareció que era como si no llevara nada.



Llegó a la piscina y allí estaba él, torso desnudo, piernas fuertes y musculosas, se dio cuenta de que no era muy alto, quizá 1,80, pero estaba como un tren. Le hizo un gesto y se lanzaron a la piscina, nadaron despacio uno junto al otro "que te parece el gimnasio" le peguntó él."Está bien" dijo con voz trémula, quizá por el esfuerzo.



Nadaron un rato."Te apetece una sauna?" preguntó él de pronto."Bueno dijo ella", pero no son mixtas, yo te espero fuera te enseño el resto del gimnasio y te invito a tomar algo luego..." le dijo él y al ver que llevaba anillo añadió "si no tienes nada que hacer, claro...", ella respondió "No, me parece bien, como en media hora?" "Si" dijo él "con 10-15 minutos de sauna y luego una ducha, creo que hoy tu cuerpo se ha puesto a tono" ella se ruborizó ante el comentario y al ver como el chico la miraba de arriba abajo..."en media hora" dijo ella dirigiéndose a la sauna y notando los ojos del monitor calvados en su trasero y sus caderas.



En la sauna pensaba en que se sentía muy nerviosa y excitada y que por primera vez veía a aquel hombre como un posible compañero de sexo" No estuvo ni 10 minutos en la sauna, se ahogaba, "pero quizá´" pensó " por lo excitada que estaba"



Cuando salió el ya estaba vestido con sus vaqueros, su ropa informal... ella con su ropa de ejecutiva con su traje pantalón, gris, pues venia del trabajo directamente.



Él le cogió la bolsa "donde vamos" le dijo mirándola por primera vez directamente a los ojos" donde tú quieras" le dijo mientras se sumergía en aquellos ojos color café y una corriente eléctrica le recorría la espalda... "A lo mejor te sueno atrevido, pero quieres que vayamos a mi apartamento a tomar algo" ella dudo un momento "no tiene porque pasar nada si yo no quiero" pensó, "de acuerdo" dijo.



Hablaron muchas cosas mientras se dirigían a pocos metros del gimnasio a un edificio grande de apartamentos dónde ella había vivido antes de casarse "conozco esos apartamentos ahí viví yo hace algunos año" ("algunos" pensó" ya hace mas de 15 años¡¡¡").



La verdad es que ella se sentía sexy así vestida medio hombre medio mujer, pues el traje de corte de hombre resaltaba sus tetas y la blusa semi abierta "hasta el punto justo" incitaba a sumergirse entre sus pechos.



En el ascensor, un tanto estrecho, el la miraba con elegancia pero con ojos de deseo y ella se decía así misma que tomaría una copa "y nada más" pero su excitación iba en aumento.



Llegaron a la planta 10, al final del pasillo, largo e impersonal pasillo, apartamento 1010, ella se sorprendió pues cuando vivía allí ella había vivido en el apartamento justo encima, el 1110, se lo dijo y ambos rieron "el destino dijo él" mientras abría la puerta.



La hizo pasar y ella sintió su mirada sobre su espalda y su deseable culo. "Ponte cómoda" le dijo él "que quieres beber" y se fue a la cocina. Cuantos recuerdos de aquellos años en el apartamento cuando su ahora marido iba a verla y pasaban largas horas follando como adolescentes que eran... "pensabas" dijo él entrando en la habitación. El salón era amplio, ella lo recordaba así, pero Charles, que así se llamaba él, lo había arreglado de forma que en un lado había un mini gimnasio, una maquina de abdominales sencilla una tabla para ejercicios y una bici..."nada, pensaba cuando yo vivía aquí".



El sonrió "no me dijiste que bebes" ella se volvió a él, se había quitado la sudadera y lucia una camiseta ajustada blanca que resaltaba su color y sus fuertes brazos. "Si el ahora saltara sobre mi" pensaba ella mirándolo fijamente" que podría hacer? tal vez gritar, sería absurdo, he venido voluntariamente..." se acercó él "sigues pensativa, no te quitas el abrigo?" ella pareció reaccionar "si claro" dijo quitándoselo "puedes quitarte la chaqueta si quieres, pondré más alta la calefacción" dijo él volviendo a la cocina.



"Que bebes?" grito él desde lejos "una tónica" respondió quitándose la chaqueta.



Instintivamente se abrió la blusa un botón más, lo justo para que se viera el inicio de su canalillo, y se sentó en el sofá con las piernas juntas, como una colegiala buena.



Él se sorprendió de verla así al entrar, sin duda desde arriba podía verse no solo el canalillo sino parte del sujetador azul de raso y encaje que ella llevaba..."tu tónica" dijo inclinándose reverencioso, tal vez para poder ver más de cerca aquellos pechos temblorosos.



Durante algunos minutos hablaron de música, el puso algo de jazz, de cine, de literatura. El hombre era bastante culto.



Ella no quería parecer una puta, aunque así se sentía, pero tenía ante ella a un tío de color, fuerte y musculoso quizá el sueño de muchas mujeres blancas y estaba deseando insinuarse para que el saltara sobre ella y la forzara allí mismo.



"Perdona una pregunta" dijo él.



"Si" respondio ella.



"Estas casada?" ella se ruborizó, "Si lo estoy", el sonrió y se sentó más cerca de ella en el sillón "pues envidio a tu marido, pues aparte de una mujer interesante, tienes un magnifico cuerpo..." ella se quedó cortada.



"Yo soy un caballero y nunca en la primera cita le propongo nada a una mujer, pero..." la miró a los ojos, " no te preocupes, aunque me ha parecido ver en ti cierto aire de aventurera" ella volvió a ruborizarse, " yo?" dijo como ofendida, “verás, no.. es que..." no pudos eguir pues el hombre la besaba en la boca suavemnete, mientras le cariciaba el cuello y el pelo.



Ella se resistió al principio "no debo parecer una puta fácil" pensaba, pero acabo no sólo sucumbiendo a aquel beso sino correspondiéndolo con su lengua dentro de la boca de él.



Tras un apasionado morreo, el se separó de ella y la hizo poner en pie.



Ella temblaba como una colegiala, estaba claro que después de casi 20 años de fidelidad a un hombre, aquel negro iba a poseer aquel cuerpo que había sido solo de su marido, y ella estaba dispuesta a disfrutarlo...



Se colocó frente a ella y mientras la miraba le fue quitando la blusa muy despacio mientras la besaba el cuello, la cara, los ojos, los hombros... después le quitó el cinturón el pantalón que cayó al suelo.



Se inclino y tras quitarle los zapatos le quitó del todo el pantalón.



Ella estaba allí de pie en ropa interior y con aquellas medias hasta los muslos que tanto le gustaban a su marido, de color negro, ante un hombre que la haría gozar en unos minutos...



El se quitó la camiseta despacio, luego se desabrocho el pantalón y ella se dio cuenta de que se había quitado ya los zapatos ye estaba descalzo.



Al caer el pantalón se sobrecogió, la leyenda de los hombres negros era verdad pues lo que se adivinaba bajo aquel slip azul era un enorme bulto.

El se miró el aparato y sonrió.



La cogió de la mano y la llevo a la tabla de ejercicios, la hizo sentar quedando su cabeza a la altura de aquel aparato "sácalo" le dijo casi susurrando.



Ella obedeció y retirando el slip saco un enorme pene parduzco, un poco mayor que el de su marido, pensó al principio, pero conforme lo cogía en sus manos y lo veía más cerca comprendió que casi doblaba, en tamaño y anchura, al de su hombre y este ya lo tenía muy grande, algo que a ella le volvía loca, excepto cuando le daba por el culo que ella sentía como si la estuvieran abriendo en dos.



Sin que él le dijera nada se lo metió en la boca y apenas pudo abarcarlo.



El la acariciaba tiernamente la cabeza, allí de pie frente a aquella boca que trataba de engullir el máximo posible de aquel mango.



Tras unos minutos el la apartó y la hizo tumbar en la tabla.



Ella, como en una nube, se dejaba manejar, por aquellos brazos fuertes y musculados, con la mirada fija, como hipnotizada en aquel grueso pene.

No hay comentarios:

Publicar un comentario