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miércoles, 14 de abril de 2010

UNOS CUERNOS BIEN PUESTOS... Y DISFRUTADOS (VIII-1)

UNOS CUERNOS BIEN PUESTOS... Y DISFRUTADOS (capitulo 8, 1ª parte, de 4)


4 de Abril "UNA NOCHE INTERMINABLE..."

Hola Cornudillo.

Como sabrás mi vuelo llegó sobre las 10 de la noche. Había hablado con ella de que no iría a buscarme al aeropuerto pues prefería pasar primero por casa a cambiarse y a dejar todo en orden, y reunirse conmigo despues en el hotel.

Mientras tanto recibí tu llamada en la que me decías que llevaría una ropa interior especial y una sorpresa y que estaba dispuesta a no parar de follar en toda la noche, lo que me puso francamente caliente.

Ya cuando llegué al aeropuerto el solo pensamiento de que en poco tiempo estaría disfrutando del cuerpo de tu mujer y entregado a mi placer y a su disfrute, me puso a cien y en el taxi hasta el hotel no pude reprimir una primera erección, mientras le mandaba un mensaje al móvil diciéndole lo caliente que estaba.

Despues ya en la habitación la llame para decirle el número como siempre y lo caliente que estaba esperándola, y me dijo que estabas ayudándola a vestirse, lo cual me produjo más morbo, pues pensé en ti vistiéndola para unos minutos despues desnudarla yo. Le mandé recuerdos para ti.

Unos minutos mas tarde me llamaste diligente para decirme que acababa de salir de casa, con lo que calculé que tardaría unos 15 minutos en llegar y decidí meterme en la ducha.

Cuando salí a pesar de la refrescante ducha, seguía estando muy caliente y mi pene empezaba nuevamente a coger volumen, casi exactamente 15 minutos despues de tu llamada oí golpear suavemente con los nudillos en la puerta. Me abroché el albornoz y abrí... y allí estaba radiante con esos ojos grandes que te devoran, aquella boca que iba a besar en unos segundos, embutida en aquel abrigo gris que prometía en su interior un cuerpo de autentico vicio.

La hice pasar y casi sin darme tiempo para cerrar la puerta ya estabamos besándonos y comiéndonos con desesperación la boca. Abrazados llegamos hasta el dormitorio. Ella se quedó de pie y la quité el abrigo, esperando encontrar bajo aquella ropa ese cuerpo que pensaba disfrutar sin parar toda la noche, de pie ante mi la observe despacio, con aquel traje de chaqueta con los delfines que le regale en Barcelona antes de despedirnos, y aquellas botas. No creía que pudiera estar mucho tiempo vestida.

De pronto se inclinó hacia mi con aquel maravilloso culo en pompa y sacándome la polla del albornoz comenzó a mamarla con desesperación, con deseo, me empujó suavemente hacia la cama y me hizo sentar sin separar su boca de mi pene. Luego se arrodilló ante mi y comenzó a mamarla con más fuerza, mientras yo acariciaba su pelo.

Estaba claro que venía dispuesta a todo y la deje que mamara a gusto notando que en unos minutos iba a tener mi primera corrida de la noche, y esta vez se la haría tragar hasta la última gota... como así fué unos minutos despues mientras yo lanzaba una potente chorro hacia su garganta ella siguió mamando y mamando sin parar y a cada empuje mío notaba que mi leche pasaba de su boca a su garganta directamente... y fué mucha la leche que deje salir en aquella primera corrida. (1)

Pasados unos minutos de auténtico placer conmigo derrumbado sobre la cama y ella relamiendo los restos de leche de mi polla, se levantó y muy despacio mirándome con deseo y lujuria a los ojos, se quitó la chaqueta. La camiseta blanca sin mangas ajustada la hacia aún mas deseable, me recordó a Lara la de los videojuegos, luego se bajó la cremallera de la falda y la dejó caer... me sorprendió su tanga con tiras de cuero que me hicieron abrir los ojos como platos. Entonces se quitó al camiseta y el espectáculo fue increíble: aquel cuerpazo que conozco y he disfrutado en todos sus rincones, cubierto con aquel sujetador de cuero negro anudado al cuello por unas tiras con anillas en forma de cruz, que apenas podía contener sus maravillosamente grandes pechos y la hacían aún mas apetecible junto al tanga de cuero con tiras... pero de pronto observé algo que me dejó anonadado, bajo aquel tanga un segundo elemento de cuero con tachuelas y... un candado... ¡¡¡ un cinturón de castidad!!! que protegía aquel coño que en unos minutos iba a penetrar sin contemplaciones.

Me levante despacio de la cama "Hoy vienes de esclava sumisa y eso habrá que celebrarlo" le dije acercándome a ella y tomándola de las nalgas la apreté fuerte contra mi polla. Le dí en esa postura unos cuantos azotes y luego la hice girar ante mí. Estaba espléndida.

Iba solo con el atuendo de esclava, sin las medias pero con las botas, lastima que no fueran negras y me puso a mil, supongo que por eso te dijo que estaba algo desbocado.

La empecé a tocar y luego le besé y mordisqueé los pezones mientras le iba arañando lentamente con detenimiento sintiendo su piel bajo mis uñas, la espalda y luego le dí la vuelta (sin quitárselo) y la tumbé sobre la cama, mientras le iba mordiendo el culo y creo que había bastantes marcas.

Luego le dí varios azotes rápidos pero muy seguidos en ambas nalgas, los dos primeros la sobresaltaron pero luego me ofreció descaradamente el culo para que lo siguiera palmeando mientras sus nalgas tomaban un bonito color rojo y ella los encajaba gimiendo de placer. La hice levantar con el culo en pompa boca abajo sobre la cama y le empecé a comer el culo y el coño, primero suave y luego algo mas fuerte mientras alternaba una serie de azotes que cada vez enrojecían mas sus deseadas nalgas con la inserción de dos y hasta tres dedos por el coño y un cuarto por el culo y recorría su interior en todas direcciones, fue entonces cuando ella se corrió.

Le quité despacio, recreándome la ropa de esclava y se quedó solo con el cinturón de castidad. Sin levantarla de la cama la puse a cuatro patas y apartando la tira de cuero del cinturón, la próxima vez ajústaselo más, se la metí de un golpe sin contemplaciones y empece a bombear aquel coño desde atrás mientras seguía dándole azotes y pellizcos en las nalgas que cada vez estaban mas rojas. Seguí arañándole la espalda mientras empujaba con fuerza mi polla dentro de aquel coño chorreante y caliente. Esta vez ella llegó a un espelúznate orgasmo y poco despues le endose por el coño la segunda ración de leche d la noche... (2)

Tras unos minutos de descanso fue cuando ella sacó la llave y se quitó todo pero yo estaba lanzado y empezó a comerme con desesperación.

Luego hicimos un muy buen 69 ella encima de mi yo comiéndole el coño con placer y ella disfrutando de mi otra vez enardecida polla, hasta logra en pocos minutos un espectacular orgasmo de ella y al rato una enorme corrida mía en su boca que tragó, esta vez sí, sin rechistar hasta la última h gota de mi leche. Nos tumbamos en la cama y tuvo el detalle aún de terminar de relamerme la polla y limpiar hasta el último rastro de semen. Con esa maniobra volvió en pocos minutos a ponérmela hacia arriba, por lo cual comprendí lo que me habías dicho de que estaba dispuesta a follar toda la noche sin interrupción. (3)

Cuando ya no podía mas la llevé al lavabo donde la apoyé sobre el mármol y mirando su cara de lujuria y deseo en el espejo, es una auténtica exhibicionista, empecé a magrearle las tetas mientras mi polla encontraba muy lubrificado su coño y poco a poco fui bombeándola primero con suavidad luego con fuerza en su coño, mientras a cada empujón sus tetas golpeaban contra el mármol del lavabo y su pelvis se restregaba contra el borde del mismo. Le dí así con fuerza, mientras ella gemía y me animaba a darle mas duro: "así, rómpeme, que sienta tu polla en la garganta, dame duro...", y seguí dándole sin contemplaciones durante mas de un cuarto de hora. Ella se corrió un par de veces acariciándose el clítoris mientras yo le besaba y mordía los hombros y la espalda, y cuando estaba apunto de correrme, me salí rápidamente y se la metí de un golpe entera por el culo y sin casi darle tiempo a quejarse en un gemido mezcla de dolor y placer, le llené de nuevo el culo de leche que rebosaba entre sus nalgas y chorreando por sus muslos llegaba hasta sus tobillos, mientras inclinado sobre ella le decía al oído lo hermosamente puta que era y como me gustaba tenerla entre mis piernas, a lo que ella respondía que era la mejor polla que la había trabajado nunca sus agujeros y deseaba que la siguiera follando. (4)

Nos metimos en la ducha y dejamos caer el agua sobre nuestros cuerpos. Pero ella estaba realmente caliente, nunca había visto así a una mujer, ni siquiera a la tuya con lo caliente que es, así que en unos minutos la tenia arrodillada ante mi bajo la ducha volviendo a chupar mi aparato que ante tal estimulo no podía resistirse, Era impresionante desde arriba verla mamar con desesperación, con lujuria con pasión mi negra polla entrando y saliendo de su boca, mientras con esos ojos verdes de placer y deseo me miraba buscando en mi un gesto de placer que en pocos minutos llegó pues era tal su maestría mamando, espero que ya lo hayas probado por ti mismo, que difícilmente podía uno resistirse a gemir.

Cuando la tuve otra vez bien levantada y tras una magnifica mamada, bajo el agua tibia de la ducha, la coloqué contra la pared y volví a metérsela por el culo de un solo golpe. Se revolvió tratando de acomodársela bien y luego me empujo hacia atrás hasta notar como mis huevos tocaban su coño "mi marido nunca me llega tan dentro" me dijo gimiendo "sigue dándome sin compasión... hoy quiero ser tuya sin concesiones..." con lo que seguí bombeándola mientras sus tetas se aplastaban sin compasión contra la pared de la ducha y su cuerpo se estremecía en cada envite mío, que además dada mi calentura y deseo de poseerla realmente, era recreado en cada empellón, siendo consciente e que la estaba haciendo daño, pero sus gemidos de placer y quejidos de dolor en cada aplastamiento contra la pared me enardecían mientras ella seguía con sus manos apoyadas en mis nalgas desde atrás empujando con más fuerza en cada ataque de mis caderas sobre su culo. No sé lo que duró, fue muy largo y reconfortante para mi aunque se que doloroso para ella, y sé tan solo que ella se corrió al menos dos veces más y que cuando yo llegué fue tan electrizante mi corrida que por un momento creí que moriría en aquel polvo. (5)

(entre paréntesis, los incontables polvos míos de aquella magnifica noche)

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